Análisis
Definición y Tipos
El sexting consiste en el intercambio de fotos, vídeos o mensajes de contenido sexual, normalmente muy íntimo, a través de un dispositivo tecnológico por una o ambas partes de las personas implicadas. Los contenidos suelen estar dirigidos a una pareja amorosa aunque en ocasiones se envían a amigos tomándolo como un juego. A continuación se presentan una serie de condicionantes que contribuyen y están directamente relacionados con el sexting:
- Voluntariedad inicial. Los involucrados en el intercambio del contenido sexual son los propios protagonistas de los mismos por propia iniciativa sin necesidad de coacción ni en muchos casos se requiere que se lo pidan. Estas fotos, vídeos o mensajes se crean como regalo o forma de tonteo.
- Dispositivos tecnológicos. Son fundamentales para la existencia y difusión del sexting. Estos aparatos facilitan la difusión a otras personas llegando a ser incontrolable el alcance que pueden llegar a tener este tipo de contenidos. Cabe destacar la importancia que tienen los teléfonos móviles ya que hoy en día prácticamente todos los jóvenes cuenta con uno, lo que permiten a los menores grabar contenidos en cualquier lugar en el que sientan que tienen un poco de intimidad. Tampoco podemos obviar la utilización de la cámara web, que permite grabar vídeos de contenido sexual.
- Lo sexual frente a lo atrevido. Se considera que una situación está dentro del sexting cuando el protagonista posa en situación erótica o sexual, quedando fuera de este término las imágenes o vídeos que simplemente puedana resultar atrevidas o sugerentes pero que no tienen contenido sexual explícito.
- La importancia de la edad. El alcance del sexting no sólo está en los adolescentes, si no que los adultos también generan y difunden este tipo de contenido. De hecho, datos de investigaciones realizadas en Estados Unidos y Europa revelan que la incidencia del sexting entre los adultos es superior a la de los menores: un 31% de las personas entre 18 y 29 años han recibido sexts (imágenes con contenido sexual procedentes de un conocido), y un 17% de las persona entre 30 y 49 años.
En Europa se ha avanzado en cuanto a la regulación del sexting, grooming y pornografía infantil virtual, por medio de acuerdos como el Convenio del Consejo de Europa para la protección de los niños contra la explotación y el abuso sexual, que pretende regular todos los fenómenos peligrosos que se propagan a través de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC).
Riesgos y consecuencias
¿En qué medida afecta este fenómeno a los adolescentes? ¿Quién lo practica?
Varios estudios revelan que más de ¼ de los adolescentes han enviado una foto de sí mismos usando medios electrónicos, que la mitad de ellos había recibido solicitudes para hacerlo y 1/3 había realizado tales peticiones. Suelen ser los chicos los que se lo piden a las chicas de las cuales un 27% se siente ofendida por eso. También se revela que los que más practican el sexting son aquellos que tienen pareja y con las que mantienen relaciones sexuales. La encuesta EU Kids, promovida por la Comisión Europea en su programa Safer Internet muestra los siguientes datos: uno de cada 10 menores de entre 12 y 16 años afirma haber recibido mensajes de carácter sexual, de ellos, una cuarta parte afirmó haberle molestado la recepción de tales mensajes:
- En Europa el 14% de los menores entre 11 y 16 años afirma haber recibido o visto mensajes de tipo sexual en los últimos doce meses. La edad es factor muy importante pues se observa un notable crecimiento cuanto mayor es el/la menor: 3% entre 11 y 12 años y cerca del 10% entre 15 y 16.
- También hay diferencias según el sexo: cerca del 10% de los chicos afirman haber recibido en alguna ocasión sexting por Internet frente al 5% de las chicas. Los varones están más expuestos a la pornografía en internet y a la recepción de mensajes sexuales, mientras que entre las niñas es más frecuente sufrir ciberbullying.
- Estos mensajes se ven o reciben de forma muy esporádica, con frecuencia menor de una vez al mes.
- Alrededor del 2% de los menores en Europa confiesa haber tenido peticiones de hablar de sexo o enviar una fotografía o un vídeo suyo mostrando sus órganos sexuales por parte de otra persona a través de internet, siendo este porcentaje muy bajo.
- Los padres subestiman la incidencia del riesgo que conllevan los mensajes sexuales, reportado por un 9% de los menores y estimado por un 5% de los padres.
- En general, los adolescentes y adultos creen que una imagen en un móvil está segura y no son conscientes de las varias formas en las que esa imagen puede salir del dispositivo. Un robo, un error, una broma, un extravío… o la voluntad del propietario son suficientes para ello.
Consecuencias
Cabe destacar que, en la práctica, los riesgos que acarrea el sexting son diversos y difícilmente se encuentran aislados. Normalmente, estas situaciones de compartir contenido sexual por medios electrónicos derivan en diferentes amenazas que aparecen entrelazadas.
- Amenazas a la privacidad del menor:El primer riesgo que está asumiendo sin darse cuenta quien envía imágenes o vídeos con contenido personal es la pérdida de privacidad. Nunca se puede saber el alcance de este contenido, por lo que pueden acabar en manos de otras personas que el autor no puede controlar. Una vez que se envía algo, se pierde el control de su difusión.
- Trastornos psicológicos: Aquel que ve su imagen o vídeo difundido en la Red, se ve sometido a un ensañamiento y humillación pública por parte de sus amigos, compañeros de instituto o desconocidos lo que puede derivar en un trastorno psicológico. Entre estos riesgos se encuentran problemas de ansiedad, depresión, exclusión social, etc.
- Ciberbullying: El ciberbuying o ciberacoso entre iguales supone el acoso de un menor hacia otro menor en forma de insultos, vejaciones, amenazas, chantajes, etc., a través de un medio tecnológico. En el caso del sexting, la humillación pública puede derivar en que el protagonista del contenido desvelado pueda sufrir ciberbullying. Las burlas y el acoso puede ser puntual o prolongarse en el tiempo, pero las secuelas psicológicas que quedan en el menor suelen ser evidentes en ambos casos.
- Sextortion: Se considera sextorsión al chantaje que alguien (menor o mayor de edad) ejerce con la posesión del contenido sexual para obtener algo de la víctima, amenazando con su publicación. El contenido sexual privado en las manos inadecuadas, pueden constituir un elemento para extorsionar o chantajear al protagonista de las imágenes o vídeos. Se trata por lo tanto, de una situación delicada y difícil de abordar para un menor de edad. El adolescente, ante el miedo de que su sextorsionador pueda dar difusión a imágenes sensibles que le comprometan públicamente, puede acceder a su chantaje que normalmente consiste en seguir enviándole fotografías y vídeos de carácter sexual y, en casos extremos, realizar concesiones sexuales con contacto físico. De esta manera el menor puede entrar en una espiral cuya única salida pasa por no acceder a las pretensiones del acosador y comunicar la situación a un adulto.
- Grooming: El grooming se define como el conjunto de estrategias que una persona adulta desarrolla para ganarse la confianza del menor a través de Internet con el fin último de obtener concesiones de índole sexual. Grooming y sextorsión pueden estar directamente relacionados. Estaríamos ante un caso de grooming si un adulto posee contenido de un menor haciendo sexting y lo utiliza para amenazarlo con publicarlo si no le da lo que él pueda pedir a cambio, como pueden ser más fotos o vídeos o incluso encuentros físicos.
- Riesgos físicos y geolocalización: Los riesgos más graves son los riesgos de que las imágenes o vídeos pueden contener ciertos elementos que ayuden a identificar a quienes aparecen en ellos o que faciliten a su localización, exponiéndose así a pederastas. Las aplicaciones de geolocalización y geo etiquetado de contenido multimedia para dispositivos móviles pueden facilitar la ubicación física.
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