Diagnóstico
En los tiempos de hoy en día, con la aparición de las nuevas tecnologías existen nuevas formas de coqueteo entre hombres y mujeres. Atrás quedan las conversaciones y gestos delante de una persona como forma de expresar atracción sexual. Hoy en día ha surgido una nueva forma de conquistar a través de los móviles denominada “sexting”, esto consiste en el intercambio de fotos, vídeos y mensajes con contenido sexual por una o ambas partes de las personas implicadas. Además de lo peligrosa que resulta esta práctica, los daños que puede ocasionar se pueden ver potenciados con la difusión masiva e incontrolada de dichos contenidos. Es importante estar atentos a lo que les ocurre a nuestros hijos pues, las víctimas del sexting tienden a ocultar este problema a sus padres y profesores. Por ello, para ayudarnos a descubrir este tipo de situaciones de sextorsión, hay una serie de indicios que se indican a continuación:
- Cambios en el estado de ánimo. En caso de ver a nuestro hijo o hija triste durante un período de tiempo importante sin que haya una causa aparente de ese estado de ánimo, debemos hablar con él o ella para averiguar si estamos ante un caso de sextorsión.
- Ha roto con su pareja (novio/a) y sus sentimientos están más cercanos a sentir miedo, pena, vergüenza, preocupación o culpabilidad que del llanto o la desesperación.
- Se niega a ir a la escuela. Se niega a ir a la escuela, inventándose enfermedades para quedarse en casa, pone excusas absurdas o se niega a salir con los amigos.
- Cambia su comportamiento. Vemos que está nervioso, ansioso, distraído o huidizo y no tiene explicación para esa forma de actuar.
- Aislamiento: Nuestro hijo o hija se comunica menos, tiende a encerrarse en su habitación y rechaza estar con gente.
- Síntomas psicosomáticos: pérdidas de peso, mareos, crisis de ansiedad, falta de apetito, llanto, pesadillas, sueño interrumpido, tics y trastorno gastrointestinales como consecuencia del miedo y nerviosismo que siente.
Si bien es cierto que la detección de cualquiera de estos síntomas en nuestros hijos no asegura que estemos ante un caso de sextorsión, lo que debemos hacer es estar alerta e indagar qué está ocurriendo. No siempre es fácil hablar con los adolescentes por la delicada etapa de cambios en la que se encuentran, pero los padres que detecten cualquier situación como las descritas anteriormente no deben abandonar el intento de descubrir qué pasa realmente, incluso recurriendo a sus amigos si es necesario.
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